El hígado juega un papel fundamental en nuestro organismo. Entre sus principales funciones están la producción de proteínas, la metabolización de glucosa, hierro y colesterol y, por supuesto, la desintoxicación del organismo. De ahí que sea tan importante cuidarlo y estar muy atentos a cualquier síntoma que se presente y pueda indicarnos que algo está mal. Estas son las principales señales de que un hígado está intoxicado, para que estés muy atento a ellas.
¿Alguna vez has sentido tus manos, tobillos, pies, incluso el abdomen, particularmente hinchados? Lo primero que debes saber si la respuesta es afirmativa es que no tienes por qué alarmarte si la situación se ha presentado de forma aislada. Sin embargo, hay que empezar a tomar cartas en el asunto si se trata de algo recurrente. Si sientes que tu digestión se ha vuelto pesada y tienes muchos gases durante una buen aparte del día (incluso podrías haber dolor abdominal), la explicación podría estar en que el hígado no está funcionando adecuadamente, es decir, que no está drenando, es decir, no está eliminando correctamente las toxinas de nuestro organismo, por lo que nos encontramos en riesgo de presentar una ascitis. ¿Qué hacer en caso de identificar estos síntomas? Acude al médico cuanto antes, no lo dudes.
¿Has empezado a notar que tu orina es más clara que de costumbre y que tus heces están también algo pálidas? ¿Has encontrado rastros de sangre en la taza del baño? De ser así, también debes consultar al médico cuanto antes. Ciertamente, estos síntomas pueden estar asociados a otras enfermedades, pero generalmente están asociados al hígado o a los riñones. Toma en cuenta que, en vez de aclararse, la orina podría también oscurecerse; esto, debido a una anómala acumulación de bilirrubina.
Este es de los síntomas más claros que se pueden presentar: si notas que tu piel, tus ojos o tus uñas empiezan a tornarse de un color amarillento, seguramente es por acumulación de bilirrubina en el organismo. La bilirrubina es fundamental en el proceso de digestión, pero cuando el hígado no funciona de manera óptima, pierde la capacidad de eliminarla, luego de filtrar los elementos que ya no resultan útiles tras la digestión. El hecho de que permanezcan en el organismo provoca esa tonalidad amarillenta tan característica de las enfermedades hepáticas.
Este síntoma se caracteriza por hacer que sintamos una molesta y continua comezón, como si algo nos hiciera cosquillas por dentro. ¿Por qué ocurre? En pocas palabras, por la acumulación de toxinas. Al no funcionar correctamente el hígado, permanecen en el organismo elementos tóxicos que provocan ese tipo de reacciones en la piel. Para asociar este síntoma al hígado, debe presentarse de manera recurrente.
La sensación de que tenemos el estómago muy lleno, con una alta presencia de gases y ese incómodo reflujo que sube hasta el esófago y nos provoca acidez, también pueden ser indicadores de que hay un hígado intoxicado. Al estar íntimamente relacionado con el proceso digestivo, cuando se presenta un problema con el hígado es común que derive en este tipo de malestares comunes. Nuevamente, para descartar un problema hepático, nada mejor que consultar al médico.
Es un padecimiento tan común, que difícilmente podríamos pensar que la causa podría ser un problema hepático pero esto es real. Un mal funcionamiento del sistema digestivo y depurativo también puede provocar episodios de diarrea, y es importante tener esto en cuenta.
Este es un síntoma muy característico. Es importante entender la fatiga, no solo como cansancio, sino como un malestar más agudo que implica debilidad y letargia continua. Esto puede deberse a que el hígado se encuentra trabajando más de la cuenta. Al estar enfermo e intoxicado se esfuerza más y, podría decirse que esa energía que utiliza nos quita fuerza a nosotros. Si piensas que puedes estar en este caso, pon también atención a los siguientes síntomas, para identificar si se están presentando en conjunto: retención de líquidos, mala digestión y dolores estomacales.
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